juan sebastian

Soy una persona reflexiva, que dedica tiempo a cuestionarse sobre sus acciones, sus pensamientos y el rumbo de su vida. Me preocupa actuar correctamente, tanto en el plano personal como en el espiritual. A menudo me pregunto si estoy haciendo las cosas bien, especialmente cuando se trata de mis valores, la fe y el sentido de ser una buena persona.

Tengo una personalidad sensible y emocional. No me resulta ajeno sentir ansiedad, cansancio mental o incluso angustia en ciertos momentos. A pesar de eso, procuro no quedarme solo en el sentimiento: busco maneras de organizar mis ideas, de entender lo que me pasa y de expresarlo. Utilizo la escritura como una herramienta para desahogarme, reflexionar y recordar mis objetivos.

Valoro el crecimiento personal. No me conformo con quedarme en lo superficial; trato de aprender, de buscar explicaciones prácticas y profundas. Eso se refleja en que no solo pregunto sobre temas emocionales o espirituales, sino también sobre asuntos concretos de la vida diaria, desde cómo estructurar una carta hasta calcular horarios o planificar proyectos.

Tengo una visión espiritual presente en mi día a día, aunque a veces esté acompañada de dudas o conflictos internos. No me gusta fingir ser algo que no soy, por eso busco respuestas sinceras, incluso si son difíciles de aceptar.

Soy una persona reflexiva, con gusto por el conocimiento y el crecimiento personal. Valoro la tranquilidad, la lectura y la música clásica, especialmente compositores como Paganini y Chopin, ya que encuentro en sus obras equilibrio y profundidad. Prefiero mantenerme alejado de ambientes y expresiones que promuevan la superficialidad o la falta de respeto, como ocurre con ciertos géneros musicales que degradan la imagen de la mujer.

Me atraen las personas sencillas pero con visión: mujeres elegantes sin excesos, que no se conforman con lo que ya saben y buscan siempre aprender más, siendo selectivas, escuchando antes de hablar y con el deseo de crecer tanto por dentro como por fuera.

Creo en el esfuerzo constante, en el equilibrio entre la fe, el trabajo y el descanso. No busco aparentar perfección, solo mantenerme firme en mis valores, aprendiendo de los altos y bajos de la vida, y construyendo relaciones honestas y serenas, basadas en el respeto y el intercambio genuino de ideas y experiencias.