Manuel F.

   Dicen que aparento menos edad, que soy bastante inteligente —tiene que haber de todo—, bastante sensible; que resulto peculiar —y es cierto—; que no hace falta leer tanto; que mi "curriculum" no avala el hecho de que creo en el amor para toda la vida. También dicen que cómo puedo disfrutar con tantos estilos de música diferentes —si la obra es buena, claro—.
   En fin, por decir...
   Puedo bañarme en el Atlántico más allá de septiembre; y en julio con un sol de carallo, ¡de más de 25 grados!
   Disfruto escribiendo, y caminando; ¡no, no; al mismo tiempo, no! También interpretando con algún instrumento musical, y teatralmente —eso sí, muy rudamente—; y contemplando el mar, sintiendo la naturaleza menos húmeda, conduciendo la moto, etc.
   Cuando me expreso, puedo intentar coquetear con la exquisitez si es necesario el tacto; o resultar muy tajante si tengo que poner límites una vez más porque no se estén respetando.
   Claro que me encantaría volver a tener novia; ¡pero pareja no, que no me gustan los tríos, je, je! Quien dice novia, dice mujer, esposa, compañera. Tú misma, por ejemplo, si te gustan los hombres cultos, sinceros, confiables, creativos, cercanos, reflexivos y no muy peseteros.
   Lo más grande del mundo: los niños.
   Alergias conocidas y aversiones:  a la mala leche, la mentira y la falta de honradez.

    Las personas con quienes me une la amistad son sagradas; lo más parecido a dios, pero tangibles; de carne y hueso.

   La mujer de un ser querido es eróticamente intocable.